Los desafíos son parte de la vida. A veces dejamos que nos superen y sucumbimos ante ellos. Sin embargo, siempre hay esperanza de traer luz a los episodios oscuros que se presentan en nuestro camino. Sólo tenemos que saber dónde buscar.

En la vida, nos enfrentamos a numerosos desafíos. Podemos estar enfermos, tener dificultades financieras, problemas en nuestras relaciones o haber perdido nuestra reputación. Podemos experimentar algunos momentos oscuros. Pero no tenemos porqué quedarnos cegados ante la oscuridad. La siguiente anécdota tiene un mensaje instructivo para ayudarnos a superar los episodios oscuros.

La historia de la cueva

Había una vez una cueva que, como la mayoría de las cuevas vivía bajo tierra. Como pasaba toda su vida en la oscuridad, nunca había visto la luz.

Un día, una voz le habló a la cueva y le dijo: «Sube a la luz». “Ven y disfruta de los rayos del sol».

La cueva respondió: «No sé a qué luz te refieres. Hasta hoy todo lo que he conocido es oscuridad».

«Ven y compruébalo por ti mismo», dijo la voz.

La cueva reunió suficiente coraje y subió lentamente desde las profundidades de la tierra. De repente, llegó a la cima y se vio rodeada de una espléndida luz, algo que la cueva nunca había visto en su vida.

«Esto es hermoso», exclamó.

Después de disfrutar un rato de la luz, la cueva le dijo al sol: «Ahora es tu turno de venir a visitarme y conocer la oscuridad».

«¿Qué es la oscuridad?» preguntó el sol.

La cueva respondió: «Ven y compruébalo tú mismo».

El sol decidió visitar el hogar de la cueva. Cuando la luz del sol entró a la cueva, dijo: «Ahora enséñame tu oscuridad». Pero con la luz del sol allí, ya no había oscuridad.

Encontrar el poder de la luz a través de la meditación

Lo que esta anécdota muestra es el poder de la luz. Dondequiera que hay luz, no puede haber oscuridad. Cada vez que sentimos que nos encontramos en un período oscuro de la vida, sólo necesitamos tocar la Luz de nuestra alma. Somos Luz. Nuestra alma es Luz. Nuestra verdadera naturaleza es Luz. Si tan sólo nos identificamos con nuestra verdadera naturaleza, descubriremos que no hay oscuridad. Si también trajéramos nuestra propia bondad innata y Luz a la vida cotidiana, no volveríamos a ser vencidos por las tinieblas de la vida.

El beneficio de la inversión a través de la meditación

Cada uno de nosotros tiene la Luz del alma en su interior. Pero no somos conscientes de ello porque nos identificamos con el mundo exterior de oscuridad e ilusión. Si invertimos nuestra atención por medio de la meditación, descubriremos esta Luz resplandeciente. Cuando los episodios oscuros de la vida amenazan con derribarnos, podemos invertirnos, encontrar la Luz interior y traerla a la oscuridad para disiparla.

Cada vez que nos enfrentamos a enfermedades, problemas financieros, deshonra o pérdidas, podemos recordar que no son más que nubes pasajeras en un cielo brillante iluminado por el sol. Nuestra verdadera realidad es Luz y amor. Cuando nos relacionamos con las ilusiones temporales de este mundo, sentimos dolor. Pero cuando nos damos cuenta de que los sucesos externos no son más que un sueño o un espectáculo pasajero temporal, podemos elevarnos por encima del dolor y la decepción.

Cuando encontremos tristeza en la vida, mantengamos nuestra armonía interior. Cuando encontremos desgracias, contemos las numerosas veces en las que hemos tenido buena fortuna. Cuando fracasemos, aprovechemos esta oportunidad para aprender de nuestros errores y volver a intentarlo.

Escapar de la oscuridad a través de la meditación

Cuando nos encontremos en la oscuridad, cerremos los ojos y enfoquémonos dentro hasta que veamos la Luz. Esa Luz traerá paz, alegría y amor. Nos consolará y nos dará fuerzas para seguir adelante.

Si traemos esa Luz a nuestra vida, entonces nosotros también, como la cueva, encontraremos que no hay más oscuridad. Si nos sentamos en meditación, podemos experimentar la Luz que nos espera interiormente. No nos distraigamos con la oscuridad del pensamiento, sino más bien sentémonos en la quietud y esperemos amorosamente a que la Luz interior resplandezca sobre nosotros.