La revista The Economist anunció que el 2019 es “El año del Vegano”. Esta es una declaración extraordinaria. Según la investigación, en un plazo muy corto—cuatro años, para ser exactos—no sólo los países, sino el mundo entero, ha sido impactado por individuos que eligen sustitutos de alimentos veganos en vez de carne.

En otras palabras, usted y yo hemos tomado decisiones diarias sobre qué comprar y qué comer, que han cambiado—y siguen cambiando—las economías del mundo.

Si alguna vez te has preguntado si nosotros como individuos podemos transformar el mundo y si podemos hacer del mundo un lugar mejor para todos los seres vivos, entonces no busques más. Sí podemos, lo tenemos y a sólo cuatro años.

La elección es poderosa.

Este breve artículo nos da la esperanza de que los seres humanos no sólo se preocupan de su propia salud y felicidad, sino que se esfuerzan—nos esforzamos—por remodelar el mundo. Se enfoca en las personas de la generación milenio, porque a donde quiera que vayan los «de la generación milenio, los negocios y los gobiernos seguirán». Sin embargo, desde mi punto de vista, los responsables de este cambio no sólo son los de la generación milenio, sino también los de la generación “X”, la generación “Z”, los “Baby Boomers” y todos los ciudadanos preocupados del mundo que quieren modelar la compasión y usar el poder de la elección para lograrlo.

The Economist indica cómo las grandes industrias como ‘McDonalds’ están tomando nota de esta tendencia y cómo las compañías de alimentos veganos prosperan en el mercado, destacando las tremendas ventas de ‘Beyond Meat’ y ‘Vivera’ (una empresa holandesa cuyo bistec vegano tiene una demanda significativa en Europa).

Catalogándolas como «tecnologías transformadoras», The Economist sugiere que las industrias veganas—tanto las de producción de alimentos como de ropa—son inversiones valiosas y una oleada del futuro. Estas industrias, por lo tanto, ayudarán a reducir «la huella ambiental dejada por la crianza de animales».

¡Esta es una declaración de gran alcance para que el cambio climático pase a un primer plano! ¿Está The Economist sugiriendo promover las industrias que combatan el cambio climático porque son moralmente buenas y económicamente sólidas? Eso espero.

La buena noticia para nosotros (y para el planeta), es que la dieta vegana ya no se considera una tendencia de hippies, de extrema izquierda. Rápidamente ha pasado a ser una corriente dominante y su popularidad se entrecruza con todo tipo de género, edad, cultura, raza, ideologías políticas y diferencias económicas. Qué mejor manera de unirnos—todos nosotros—que, a través de nuestro interés compartido de un estilo de vida vegano, uno que nos garantice la salud general para nosotros mismos, para nuestros hijos, para los animales con los que compartimos este planeta y para el planeta mismo.

Adaptado con el permiso de VeggieFestChicago.com