Muchos sienten que la vida pasa demasiado rápido. Nos movemos de una temporada a la siguiente y nos preguntamos adónde se fue el tiempo. Los días, los meses y los años pasan volando a una velocidad tremenda y parece que no podemos hacer nada de lo que queremos. ¿Existe alguna manera de manejar el tiempo para fijar algunas metas?

Los niños que trajimos al mundo de repente se hacen en adultos y tienen sus propios hijos. En algún momento de nuestras vidas empezamos a preguntarnos si estamos logrando todo lo que nos propusimos. Sentimos que desperdiciamos mucho el precioso don de las respiraciones que tenemos y el tiempo, en actividades innecesarias. En lugar de alcanzar lo que es más importante, perdemos el tiempo en cosas irrisorias.

El manejo del tiempo equivale a hacer el mejor uso de nuestro tiempo

El tiempo es precioso. Una vez que se va, no lo podemos recuperar. Manejar bien el tiempo en realidad significa hacer el mejor uso del tiempo que nos han dado. Aprovechémoslo al máximo. Si lo hacemos, entonces podremos alcanzar nuestras metas en la vida.

Hay un dicho que nos recuerda la importancia de cada respiración: «Piensen en cada momento. ¿En qué lo estamos invirtiendo?» ¿Queremos invertirlo en pensamientos de ira o codicia? ¿Queremos invertirlo en pensamientos del pasado o preocupándonos del futuro? ¿Queremos gastarlo en pasatiempos sin valor? ¿O queremos pasar el tiempo haciendo algo para descubrir quiénes somos realmente y por qué estamos aquí? ¿Qué puede ser para nosotros lo más valioso de la vida?

Fijar las metas comienza con nuestra decisión sobre lo que es importante en la vida

Podemos evitar estar a la deriva en el mar de la vida. Sería valioso ocuparnos en establecer unas metas decidiendo sobre lo que es importante. Podemos pasar un tiempo para decidir la dirección en la que queremos ir.

Mirando la vida de grandes personalidades, muchos decidieron algún rumbo en sus vidas. Es posible que hayan deseado desarrollar su arte, su afición, su ciencia, su investigación o su crecimiento espiritual. Todos tenían algo en común. No estuvieron a la deriva sin rumbo; ellos fijaron el rumbo y lo siguieron.

Si queremos desarrollar nuestro cuerpo, mente o alma, necesitamos dedicarles tiempo. Hemos visto con qué facilidad el tiempo se nos va solo tratando de cuidar y mantener vivo nuestro cuerpo físico. Actividades como comer, dormir, vestirse, trabajar para hacer dinero y cubrir las necesidades de la vida ocupan una buena parte del tiempo. Con lo poco que nos queda, necesitamos evaluar cómo darle el mejor uso. No queremos desperdiciar el precioso don del tiempo de nuestra existencia humana.

Podemos analizar cuánto tiempo invertimos en diversas actividades a lo largo de las veinticuatro horas del día. Así podemos decidir cómo ganar tiempo para nuestras metas físicas, mentales o espirituales de la vida.

Si queremos descubrir la luminosidad y la riqueza de nuestra alma, pasar un tiempo diario en meditación puede ayudarnos a alcanzar esa meta. Cuanto más tiempo podamos dedicar a esta búsqueda, mejor. Al sentarnos en meditación un tiempo cada día, nos daremos cuenta de que usamos el tiempo para obtener beneficios espirituales duraderos. El subproducto de esto es que también tiene un efecto bueno sobre nuestra salud y bienestar físico, mental y emocional.

La meditación es una manera de dedicar tiempo a nuestro cuerpo, mente y alma. Todos los días nos permite pasar un tiempo en la tranquilidad de nuestro propio ser y aprovechar los tesoros que hay dentro. Así, el manejo eficiente del tiempo nos permitirá alcanzar nuestras metas y darle el mejor uso a la vida.