Creemos que los demás viven contentos y que somos los únicos con problemas y dificultades. Lamentamos nuestro destino y a veces nos hundimos en una depresión pensando que somos los únicos que sufrimos mientras los demás están dichosos.

Lo que no nos damos cuenta es que cada uno tiene sus propios problemas.

Creemos que otros tienen mejores trabajos, mejor salud o mejores relaciones. Pasamos el tiempo mirando a los demás y deseando poder tener lo de ellos.

Muy pocos logran entender que cada uno lleva consigo su propio paquete de problemas. Muchos sufren de depresión, ansiedad y desesperanza. Cuando miramos la vida de los demás, nos damos cuenta de que ellos pueden tener más dificultades que nosotros. Si nos pidieran intercambiar nuestros problemas con los de otros, encontraríamos que muchos preferirían quedarse más bien con los de ellos.

Cada uno de nosotros tiene su cuota de cosas buenas en la vida y cada uno tiene momentos difíciles. Nadie que esté vivo puede escapar a esa realidad. No debemos sentir que los demás la están pasando mejor. Todas las personas tienen su propio sufrimiento.

En lugar de pasar tiempo pensando en cuan deprimidos estamos y cuan felices son los demás, debiéramos pensar en las bendiciones que nos han dado.

Así como pasamos tiempo enlistando todas nuestras quejas, debiéramos también enumerar todas las bendiciones que hemos recibido. Piensen en todos los días de buena salud. Reflexionen en las veces que tuvimos suficiente dinero para poder tener un techo, comida en la mesa y ropa para abrigarnos. Contemos todas las bendiciones que tenemos por nuestros familiares y bien amados.

Piensen en las bendiciones espirituales que hemos recibido de Dios. Somos afortunados de poder aprender a meditar usando una práctica espiritual simple que nos puede dar de primera mano una experiencia espiritual interna de la Luz y el Sonido. Podemos explorar maravillosas escenas dentro de nosotros. Al hacer una meditación espiritual centrando nuestra atención dentro, podemos descubrir las maravillas espirituales.

Muchas personas buscan una solución para su depresión. Médicos, psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, consejeros y terapeutas están ahí para ayudarnos. Los últimos hallazgos de los profesionales de la salud mental dicen que podemos complementar nuestro tratamiento incorporando la meditación.

¿Cómo puede la meditación ser un tratamiento complementario para la depresión?

¿Cómo es que la meditación nos ayuda como tratamiento complementario para la depresión?

Cuando meditamos, permanecemos en calma. Nuestros pensamientos se aquietan, así que, durante el tiempo que estamos meditando podemos obtener alivio de los pensamientos obsesivos y dolorosos que intensifican nuestra depresión.

La meditación también nos pone en contacto con un lugar de alegría y paz interior. Es como ser bañados por una corriente de felicidad. Esto en sí mismo traerá alivio a la depresión. Sentiremos alegría desde dentro que eleva nuestros espíritus.

Cuando meditamos en la Luz interna, entramos en contacto con una Iluminación amorosa que puede rebosarnos con el apoyo emocional que buscamos.

Muchas personas experimentan depresión porque se sienten aisladas, solas o sin amor. Si tuvimos una experiencia traumática en la niñez y crecimos sintiéndonos rechazados, esto puede originar nuestra depresión. Al meditar en la Luz interna y entrar en contacto con un amor divino o glorioso desde adentro, se llena el vacío con el amor que siempre buscamos. Esa Luz interna nos llena con un amor, que a menudo quienes lo experimentan, describen como un amor, felicidad y alegría superior que jamás habían experimentado en sus vidas. Esta experiencia se queda con nosotros incluso después de la meditación y complementa nuestro tratamiento para la depresión.

Disfruta liberándote de la depresión en la meditación

Una manera de superar la depresión es pasar tiempo en meditación para disfrutar de la dicha interna. En lugar de centrarnos en los pensamientos que desencadenan nuestra depresión, además de cualquier tratamiento profesional que recibamos, podemos enfocarnos en las cosas buenas que nos suceden y estar agradecidos por ellas. Podemos aprender a aceptar que los tiempos difíciles son parte de la vida y darnos cuenta de que todos los demás también pasan por ellos.

Si aprendemos a meditar y experimentamos la alegría y la calma interior, podemos complementar el tratamiento a la depresión. La meditación puede ayudar a superar nuestra propia tendencia a estar tristes, deprimidos o descorazonados en la vida y en su lugar desarrollar una actitud alegre hacia la vida y aprender así el secreto de la felicidad.