Así como los atletas compiten por la Copa del Mundo en deportes, también nosotros podemos practicar para lograr la Copa del Mundo de meditación. La Copa Mundial, Juegos Olímpicos o campeonatos de la NBA, NFL, NHL, MLB o FIFA hacen que nos maravillemos de lo que el espíritu humano puede lograr.

Requiere de una práctica con dedicación ganar un campeonato en cualquier deporte. Lo que no nos damos cuenta es que, si dedicáramos la misma cantidad de tiempo y esfuerzo a las prácticas espirituales a través de la meditación, lograríamos el objetivo más alto de la vida humana: conocer nuestra alma y conocer a Dios.

Admiramos a quienes alcanzaron a lo largo de la historia la meta de sus vidas. Lo lograron porque se comprometieron con pasión a dicho propósito. En su empeño, dedicaron día y noche por años. Nosotros también podemos lograr nuestro objetivo si dedicamos el tiempo y el esfuerzo necesarios con celo y pasión.

Lo mismo es cierto para la meditación. Podemos alcanzar la Copa del Mundo de meditación en el menor tiempo posible, tomando el ejemplo de los atletas que compiten en los deportes.

Dominar la meditación

La meditación se puede practicar en cualquier lugar, ya sea en el hogar, en el trabajo o a donde quiera que viajemos. Siempre que sea posible, podemos sacar tiempo de nuestros atareados horarios.

Mientras perseguimos nuestro objetivo de mejorar en la meditación, podemos continuar desempeñando nuestros deberes de la vida, ya sea ir al trabajo o al colegio, atender nuestras responsabilidades con la familia, la comunidad y la sociedad. Podemos dedicar tanto tiempo como sea posible a la meditación, mientras llevemos una vida equilibrada. Podemos desarrollarnos física, mental y espiritualmente y dar lo mejor de nosotros en todas estas esferas.

Si somos tan diligentes y comprometidos con las prácticas espirituales como los atletas cuando ganan un campeonato deportivo, nosotros también podremos ganar la Copa del Mundo de meditación y lograr conocernos como alma y alcanzar a Dios.