El retorno de la primavera
PorSant Rajinder Singh Ji Maharaj
23 de marzo, 2019
Mientras que la primavera significa el rejuvenecimiento de la vegetación y las flores, también simboliza la renovación espiritual. Así como la oscuridad del invierno es reemplazada por la luz de la primavera, así podemos terminar la noche oscura del alma con la Luz de la espiritualidad que yace dentro de nosotros. Mientras nos enfocamos en las tareas externas de la vida, pocos se toman el tiempo para explorar el jardín espiritual de su alma.
Hay alegría y bienaventuranza que abundan dentro de nosotros, pero permanecemos a oscuras de su existencia. Así como el suelo fértil está cubierto por las nieves del invierno, también lo está el rico suelo de nuestra alma, cubierto por nuestra falta de conocimiento de su existencia. Así como el equinoccio de primavera es el día en el que hay horas iguales de sol y oscuridad, con el amanecer a las 7 a.m. y el atardecer a las 7 p.m., así también existe el equinoccio de primavera de nuestra alma. Este es un estado de equilibrio. Significa que mientras vivimos en el mundo atendiendo nuestras responsabilidades para con nuestras familias, trabajos y comunidad, también le prestamos igual atención a nuestra alma y a nuestro crecimiento espiritual. ¿Cómo podemos conseguir esto?
La meditación es una forma de hacer realidad el equinoccio de primavera de nuestra alma. Pasando algún tiempo sentados en silencio e invirtiendo nuestra atención podemos disfrutar de las flores espirituales que retoñan en nuestra alma. Podemos entrar en un estado eterno de alegría y paz interior. Al hacer esto, no sólo enriquecemos nuestra vida interior, sino que portamos esa felicidad y calma con nosotros mientras nos ocupamos de los deberes diarios. Somos más efectivos en nuestro trabajo, al tiempo que somos más amorosos y serviciales con las personas que conocemos. Esto trae un aire de alegría a todos los que nos encontramos.
A través de la meditación en la Luz y el Sonido interior podemos conectarnos con la paz y la dicha de la primavera eterna en nosotros. Entonces traemos la fragancia de esas flores retoñando a nuestra vida exterior, aportando alegría y paz al mundo.